Hay una planta con poco reconocimiento, que está en la mayoría de los hogares mexicanos y que beneficia a la salud. Se trata del ajo, cuyo nombre científico es Allium Sativum, es el bulbo de una planta perenne anual de la familia de las liliáceas, a la cual pertenecen también otros conocidos vegetales como las cebollas o los puerros. Y según recientes investigaciones, incide al instante en la diabetes tipo 2, reduciendo notablemente el azúcar en sangre.
¿Qué es la diabetes tipo 2?
De acuerdo a expertos, la diabetes tipo 2 es una enfermedad difícil de controlar si el enfermo es una persona que descontrola sus cuidados debido a que, en este caso, el páncreas no produce suficiente insulina y, como consecuencia, si no se toman los recaudos médicos necesarios, se puede llegar a una situación fatal. Por ende, una de las prácticas más naturales de reducir el azúcar en sangre y mejorar la salud es mediante el consumo de la mencionada planta medicinal.
¿Cómo reducir los niveles de azúcar en sangre con ajo?
Normalizar los niveles de azúcar en sangre será posible gracias a la ingesta del ajo. Esta solución tiene sus bases en una propiedad que contiene el ajo y que recibe el nombre de ajoeno, en donde la reducción de la glucosa en sangre se logrará ingiriendo esta hierba dos o tres veces al día. En consecuencia, sumar a tus comidas dientes de ajo incidirá directamente en el control de la diabetes tipo 2.
El ajo también resulta beneficioso para el colesterol malo, siendo uno de los principales aliados que contribuirán a que se destapen las arterias y la sangre circule de la mejor forma. En consecuencia, tanto la diabetes como el colesterol se verán favorecidos con esta hierba que puede ser plantada con facilidad. En la misma línea, se descubrió que el aceite de ajo mejora la tolerancia a la glucosa y reducir la pérdida de proteínas en los riñones.
Aunque, independientemente de las propiedades del ajo, los efectos sobre la insulina y los niveles de azúcar en sangre que causa la diabetes también estarán vinculados con la actividad física, una correcta alimentación y evitar ciertas ingestas peligrosas como las gaseosas azucaradas, frituras y otras golosinas.