Desde que su carrera como actriz despegó, Meghan Markle se destacó por elegir un sitio hermoso y tranquilo para vivir, pero ya en su faceta como mujer casada es la envidia por la gran mansión que comparte con el príncipe Harry, sitio donde ve crecer a sus hijos. El nuevo hogar de los duques de Sussex tiene 2.000 m2 con 16 dormitorios, 9 baños, biblioteca, gimnasio con spa, sala de juegos, despacho, sala de cine, garaje para cinco coches, pista de tenis y una casita de juegos para los niños.
Esta soñada casa está ubicada en la zona de Montecito, en California y tiene un inconfundible estilo mediterráneo. Vecinos cercanos a su residencia no se muestran cómodos con la idea de tenerlos viviendo ahí, ya que la mayor parte del tiempo paparazzis y medios se encuentran al acecho de alguna exclusiva e impiden que puedan realizar sus actividades con normalidad. Pocas han sido las ocasiones en la que Harry y Meghan dejan ver partes de su hogar, pero sin duda el primer hogar de Meghan es muy especial.
¿Cómo es la casa de infancia de Meghan Markle?
Durante su infancia, sus padres atravesaron por un duro momento cuando comenzaron a divorciarse, por lo que junto a su madre estuvieron por mucho tiempo en búsqueda de la casa perfecta para las dos cuando la encontraron. Esta pequeña resistencia se encuentra en el vecindario Mid-Wiltshire en Los Ángeles. Fue una época muy dura ya que al no tener con el suficiente dinero, su madre, Doria se las tuvo que ingeniar para salir adelante.
Ambas estuvieron en el último piso de un departamento por algunos años hasta que ella se graduó en 1999. Este departamento cuenta con un discreto diseño y tiene una zona de barbacoas, sitio que se dice, Meghan y su madre disfrutaban tiempo de calidad, alejadas de los problemas. Esta pequeña casa cuenta con una zona compartida de garage, sillitas plegables y una mesa plegable como complemento.
Pese a la épocas duras donde vieron que vérselas muy mal, Meghan maduró rápidamente en su infancia mediante varias experiencias entre las que las carencias y las situaciones raciales contra de su madre le ayudaron a aprender algunas lecciones. Una de ellas es el valorar a las personas sin importa su estatus o por cómo lucen y la más importante, a ser fuerte. Por fortuna su mala situación mejoró pasados unos años por los que madre e hija salieron adelante.